Mi mochila para Cavalls del Vent (3 días en la montaña)

Además de contaros la experiencia describiendo la ruta, los caminos y paisajes por los que discurre Cavalls del Vent (en breve), creo que a alguno de vosotros les puede resultar interesante saber qué llevé en la mochila durante esos 3 días.

Os voy a listar todo lo que llevé (espero no olvidarme de nada ^^) y con qué intención.
Por supuesto hay elementos que quizá para mí son imprescindibles y no lo son para otra persona, y viceversa. Toda mochila de un trailrunner tiene una parte personal o subjetiva que no tiene por qué coincidir al 100% en todos, pero siempre hay básicos que deberemos llevar por muy distintos que seamos.

Si vais a correr/caminar en montaña con mochila, es importante que «no tengáis prisa» a la hora de elegir cuál será vuestra compañera e invertir lo necesario. Pensad en lo que puede suponer correr o andar ‘x’ horas con una mochila inadecuada: puede hacernos daño y crearnos hematomas o heridas, provocarnos problemas de espalda o incluso bajar nuestro rendimiento (y a la vez nuestro ánimo).

Para elegir una mochila tendremos que saber para qué vamos a usarla (¿cuál es nuestro objetivo o necesidad?) y en función de eso elegir un diseño y/o capacidad concreta. Además, os recomiendo que os la probéis antes de comprarla, ya que nuestra complexión influirá mucho en la comodidad cuando nos la pongamos.

Yo soy una chica pequeña y delgada y tuve que probarme muchas mochilas antes de comprarme una. Daba igual la capacidad de la mochila, apretaba las cintas de ajuste del pecho o de la cintura al máximo y aún así, la mochila me bailaba. Tened en cuenta que muchas marcas ya ofrecen tallas para el mismo modelo de mochila 😉

Volviendo a la mochila para Cavalls-3 etapas; dimos por sentado que 5 litros para 3 días en El Pirineo era poca capacidad, así que elegimos mochilas de 10 litros. Tras la experiencia, quizá ahora intentaría ajustar todo a 5 litros, combinando la mochila con algún otro sistema para llevar la chaqueta impermeable (es lo que más me ocupaba individualmente), y prescindiendo de algo… ¿arriesgando un poco? Todo parece más fácil cuando la mitad de las cosas que has llevado no las has usado, jajaja. Pero tuvimos muy buena suerte porque nos hizo buen tiempo. No olvidemos que íbamos al Pirineo, la meteorología puede cambiar radicalmente en 10 min y tienes que estar preparado para todo.

3 etapas Cavalls del Vent
Las 3 etapas a completar

Contaba con llevar puesto (y por tanto no ocuparía espacio en la mochila):

  • Mallas cortas
  • Camiseta térmica de manga corta*
  • Camiseta técnica de manga corta
  • Bragas y top
  • Tubular para el cuello
  • Manguitos*
  • Guantes*
  • Cinta para el pelo
  • Calcetines
  • Zapatillas
  • Reloj (sin pulsómetro, prescindible para mi objetivo)

* Los manguitos fueron de constante quita y pon (los guantes no tanto); la camiseta térmica no me la puse ni el día 1 ni el 3 y el día 2 me la quité a los 40 min de salir, así que acabó en la mochila toda la travesía. Aunque sin térmica pasara frío en cotas superiores a 2000m, prefería eso a pasar calor cuando bajábamos. Intentábamos no parar apenas en esos momentos y «correr» para llegar a temperaturas más altas (madre mía, teníais que vernos… eso no era ni siquiera andar con ritmo, jaja).

Cavalls del Vent 2016, preparando la mochila
Y no sé si está todo…!

En la mochila:

  • La ropa:
    • Una ‘copia’ de cada prenda que llevaría puesta (excepto zapatillas :p): Mallas, Camiseta térmica de manga corta, Camiseta técnica de manga corta, Bragas, Top, Tubular para el cuello, Manguitos, Guantes, Cinta para el pelo, Calcetines.
    • Gorro
    • Chaqueta impermeable (GoreTex)
    • Un pantalón largo, lo más fino posible (en mi caso, de tela similar a un cortavientos)

La estrategia era repetir ropa los días 1 y 3, teniendo el 2º día como margen para que se secara si estaba sudada, mojada por lluvia o debía lavar algo. Al principio pensaba llevar 2 cambios de ropa interior y de calcetines (o sea, 1 por día), pero finalmente decidí ir con la misma estrategia para todo.

La chaqueta impermeable es imprescindible. Aunque sea verano siempre debe ir en una salida larga a la montaña, donde vayamos a alcanzar altitudes grandes o se nos pueda hacer de noche.

El pantalón largo finito me lo pondría al llegar a los refugios, y así poder liberarme de mallas. Y aunque no abrigaba, al menos la sensación sería distinta a un pantalón o mallas cortas.

Aunque sabía que por las tardes-noches iba a hacer frío, no llevé térmica de manga larga ni una segunda capa que abrigara. Contaba con que los refugios tuvieran chimenea y fuera suficiente con la térmica de manga corta y los manguitos. Bueno… confieso que pasé frío.

En el primer refugio (Serrat de les Esposes) me dejaron un plumas (¡y menos mal! pero es que la chimenea tampoco calentaba…) y en el segundo refugio (Lluis Estasen) la temperatura era más acorde y pude soportarlo. Eso sí, dormía con 3 mantas encima, con los 2 pares de calcetines (previamente calentados en la chimenea) y… a aguantar ^^

Respecto a qué me sobró y qué metería si repitiera… Si contamos con que vamos a hacer una excursión de este tipo con previsión meteorológica favorable, me plantearía llevar 1 térmica de manga corta y 1 de manga larga en vez de 2 de manga corta. Así al llegar por las tardes al refugio podría ponerme la de manga larga mientras la de manga corta se secaba en la chimenea.

Igualmente, unas mallas finas / leotardos para la noche en vez de los pantalones finitos no me hubieran sobrado. Al final hay que valorar peso/espacio contra la necesidad. Si se va a estar alojado en un refugio, tampoco tenemos por qué morir de frío, podemos aguantar un poco ¿no? Podemos arriesgar a llevar menos abrigo e ir con la mochila más liviana (lo agradecerás si quieres correr…). Puedes tirar de guantes, gorro y bandanas, que ocupan poco y cubren las partes del cuerpo más sensibles al frío.

  • Elementos de seguridad:
    • Manta térmica (¡¡siempre!!)
    • Frontal (y pilas)
    • Una luz de posición trasera (para llevar colgando en la mochila)
    • Teléfono móvil
    • Cargador para el móvil
    • Cargador para el reloj
    • La licencia de federado en montaña
    • El DNI
    • Dinero en efectivo (lo normal es que un refugio no acepte tarjetas)
    • Mapa con la ruta

En este caso, salvo la luz de posición trasera (que la llevé porque la tenía, no por especial necesidad), para mí todo es imprescindible. Los cargadores de reloj y móvil podríais pensar que no son necesarios (antes no existían) pero en nuestro caso, que no tenemos experiencia en montaña como para asegurar encontrar el camino si nos perdemos y se empieza a hacer de noche, llevar la ruta cargada en el reloj o poder llamar a algún refugio en caso de emergencia, es primordial.

El mapa, aunque llevemos la ruta en el reloj, siempre es un elemento de seguridad por si el reloj se queda sin batería o sin señal GPS. Nos ayudará a orientarnos o a encontrar rutas alternativas en caso de necesidad.

La necesidad de manta térmica no debería necesitar justificación. Imprescindible siempre, por si nos vemos obligados a parar con temperaturas extremas. Si hace calor y podemos sufrir una insolación, pondremos hacia el exterior su lado más claro (color plata) y si hace frío y podemos sufrir hipotermia, deberemos poner hacia fuera el lado oscuro (color dorado). También podría servirnos de reflectante si debemos informar de nuestra posición si nos están buscando.

  • Elementos de higiene o similares
    • Sábana-saco para dormir en los refugios (obligatoria, normalmente)
    • Una toalla de microfibra pequeña (tamaño folio DIN A4)
    • Un bote miniatura de jabón líquido (10 ml)
    • Un cepillo de dientes y un bote de muestra de pasta de dientes (5 ml)
    • 1 paquete de toallitas higiénicas húmedas
    • 1 paquete de pañuelos de papel
    • 4 toallitas de limón (de las que te dan en algunos restaurantes al acabar de comer para lavarte las manos)
    • 2 muestras gratuitas de ‘parches para ampollas’
    • 8 sobres de muestras gratuitas de crema de masaje Physiorelax (para ayudar a la recuperación muscular)
    • Cacao labial (para el frío e incluso hidratar otras zonas sensibles a roces)

En este apartado es donde podemos encontrar muchos elementos prescindibles. La cuestión es que la mayoría no pesan ni ocupan mucho y vas metiendo ‘por si acaso’.

Tras mi experiencia, seguiría llevando el cepillo y la pasta de dientes (miniatura), 1 paquete de pañuelos de papel, la miniatura de jabón líquido y la mini toalla de microfibra. Aunque en los refugios había jabón de manos, podría ser que no hubiera y 10 ml no pesan ni ocupan y te hace un servicio.

La mini toalla ¿prescindible?, pues si te vas a duchar algún día, la vas a necesitar. O eso, o secarte con la camiseta que te acabes de quitar, pero si está mojada por sudor o agua, chungo.
Otra idea es sustituir los pañuelos de papel y el jabón por toallitas higiénicas húmedas, a las que puedes dar utilidad múltiple.

Las cremas de masaje y el cacao, es un extra que viene muy bien. Cada mañana me echaba la crema en las piernas antes de salir (Physiorelax Forte). No ocupa ni pesa, pero vamos, que no hacen falta.
Las toallitas de limón… puesssss las llevé pensando que en algún momento podría apetecerme limpiarme con ellas y oler a limpio jajaja pero tal como fueron, vinieron. No las usé.

Y el último elemento, el que sí es importante, la «sábana-saco«. Si no llevas saco propio, es necesaria para dormir en los refugios y no tumbarte directamente sobre el colchón. Ya no porque te dé asco el colchón, es que los propios refugios te obligan a tener algo de este estilo (o bien te alquilan o prestan sábanas). No es más que un trozo de tela (algodón o seda) con forma rectangular y cosida por 3 lados, de forma que te metas por un extremo y actúe como saco de dormir, evitando el contacto con el exterior. Las hacen lo más ligeras y plegables posible, pero ocupa un lugar considerable en la mochila. Si debes llevarla, 5 litros de mochila van pareciendo poco.

  • Otros varios:
    • Cámara de fotos y vídeo deportiva (‘GoPro’)
    • La tarjeta-pasaporte de Cavalls del Vent para sellar el paso por cada refugio

Ambos prescindibles, pero luego crearán tus recuerdos 😉

  • La alimentación para 3 días de travesía:

Sólo llevaríamos alimento para el «durante» y algunas cosas de tipo recuperador para el «post». El desayuno y la cena la haríamos en los refugios.

Pensando que podrían salirnos unas 5 horas de ruta al día, yo no tendría que cargar con demasiado. En mi caso, por mi complexión y la adaptación que he conseguido entrenando distancias medias y/o rutas de varias horas en la montaña, no consumo mucha energía, así que tengo la suerte de no tener que cargar con mucho avituallamiento. Con esto y por lo que me conozco, decidí llevar 1 barrita, 1 gel grande y 1 preparado para bebida energética para cada día. Con 1 de cada pensaba que podría tirar sin problema, por tanto en la mochila:

  •  El «durante»
    • 3 barritas energéticas
    • 3 geles energéticos (1 con cafeína, 2 sin cafeína)
    • 3 preparados (polvos) de bebida energética con azúcares, sales y minerales (1 con cafeína, 2 sin cafeína)
    • Los 2 botes de hidratación (590 ml cada uno), donde llevaría agua y la bebida energética
  • El «post»
    • 3 preparados (polvos) recuperadores
    • 3 tomas de proteína Whey
    • 3 tomas de glutamina
    • 1 barrita de tipo recuperador (porque la tenía en casa desde hacía tiempo, que si no, no la hubiera llevado)
    • 3 pastillas de vitamina C (muy buena cuando hacemos grandes esfuerzos, por su capacidad antioxidante)

¿Y fue suficiente? pues más o menos.
El tercer día se hizo más largo de lo esperado (30,8 km con 2.213 m D+ en 5 horas y 46 min) e hizo mucho calor lo que me provocó que los últimos km me sintiera más débil de lo normal. No hubiera dicho que no a alguna barrita más. Llegué al último refugio (Sant Jordi) antes de «Meta» (Rebost) sin sensación de tener hambre pero fue comerme la barrita que llevaba y… quería más, tenía hambre. Tenía bebida energética de sobra pero eso, aunque nos aporte energía, no quita el hambre como yo lo necesitaba. Quería llenar un poco más el estómago. Pequé de ajustar demasiado la parte de alimentación porque entrenando siempre me sobran barritas o geles, y pensé que esta vez mejor cargar con lo justo (es que no veáis lo que pesaba la mochila…). En cualquier caso, la próxima vez, haré los cálculos y meteré un poco más 😉

No está de más decir que a mayor altitud, el cuerpo consume más energía, por lo que lo que estás acostumbrado a tomar en cotas medias, casi seguro que se quedará corto el día que entrenes a más altura (los dos primeros días la cota media fue de unos 2.000 m)

Un último detalle a comentar, es que todo lo llevaba metido en bolsas de plástico. La ropa, dinero, móvil, pilas… todo. Tanto por la posibilidad de que lloviera como por el sudor que pudiera traspasar. Y las tomas de recuperadores (que eran en polvo) en bolsas individuales con autocierre (de esas de «zip»). Todo embolsado y dividido por temática 😉

Cavalls del Vent 2016, empieza la aventura
Ese camino es el inicio de la aventura

A mi vuelta me encontré con la sorpresa de un artículo de un compañero en la publicación con la que colaboro, TRAILRUNNINGReview, en la que nos explican qué llevar en nuestra mochila. Además, están trabajando en otro donde nos explicarán cómo colocarlo en ella. Casualidad que aprovecho para enlazaros al artículo, que seguro os es útil ya que está enfocado a una mochila para entrenamiento y una mochila para competición, distinto al caso que os estoy contando yo, que implica dormir 2 días en refugio.

Como conclusión personal, creo que en la mochila no me sobraba casi nada. Al menos, nada que me hubiera quitado peso y dado más espacio, ya que la ropa de cambio había que llevarla por si llovía y al día siguiente necesitaba ropa seca. La chaqueta, el frontal, la térmica, la sábana-saco… todo lo que pesa u ocupa. Y la comida, que pesa más de lo que pensamos, e incluso la llevé demasiado ajustada.

Como experiencia personal, estoy muy contenta de haberlo hecho y poder saber si me gusta o no me gusta ir ‘con la casa a cuestas’. Ahora tengo claro que si lo que quiero es correr, no puedo cargar con una mochila tan grande y pesada. Lo he pasado mal con rozaduras, hematomas y el peso en los hombros, provocado todo por los ratitos que he intentado trotar un poco. Sin embargo, si lo que quiero es hacer una travesía andando, sin duda es bonito saber que con muy poco puedes pasar unos días alejado de «la realidad» (y las facilidades de los refugios, claro).

Si algún día vuelvo a hacer Cavalls del Vent, es posible que sea para intentarlo en una sola etapa, liberándome todo lo posible de dobles necesidades y con una mochila adecuada a mi espalda y mi peso.

Mientras tanto, seguiré disfrutando de recorridos más cortos y a dejarme llevar cada día por la sensación de libertad que me da trotar por la montaña 🙂

Cavalls del Vent

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