Ancares 3 Trail : «Corazón partío» (Parte 1)

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La prueba se celebra sobre un recorrido aproximado de 74 km, en la Sierra de Ancares y se divide en 3 etapas, todas con salida y llegada en Pereda de Ancares (sábado matinal, sábado nocturna y domingo matinal) con un desnivel acumulado total (ascenso – descenso) de 7.000 m.

Obviamente, aún es pronto para mí para lanzarme a una prueba tan larga (y sobre todo, tan dura) como ésta, pero al tener la opción de participar en las pruebas por separado, ahí me lancé con las 2 primeras:

  • TRAIL RUN: 21,3 km con una dificultad técnica media que transcurre en su totalidad por pista y sendero siendo un perfil rompepiernas con desnivel positivo de 850m

TrailRun

  • SPEED TRAIL:  11,5 kilómetros de mucha pendiente, una vez arriba, comienza un divertido y «tenebroso» descenso hasta Pereda.

SpeedTrail

PARTE 1: La TRAIL RUN

Lleva toda la semana lloviendo con ganas y los organizadores nos avisan que vamos a pisar mucho barro. Estamos todos concienciados de que volveremos como los niños de los anuncios de detergentes: pringados hasta las orejas.

En mi caso, que correré 2 carreras el mismo día, he traído 2 pares de zapatillas, porque estoy convencida que las que use por la mañana no se van a secar para las 20h.

La lluvia no da tregua y nos va a tocar salir con chaqueta impermeable, al menos no está haciendo demasiado frío.

Ya estamos en línea de salida, me he colocado delante con Iru, Chema y Rulo. Quiero irme más atrás porque no voy a salir al mismo ritmo que todos los de la zona, pero me dicen que me quede y salgamos juntos, que ya me pasarán los demás.
Pues nada, ahí estoy, soplando el cogote a Alfredo Gil, Manuel Merillas y otros grandes que no conozco (podían sacar una colección de cromos para estudiarme sus caras y sus éxitos, jeje). Por supuesto ahí estaba con ellos nuestro gran amigo José Irurozqui, que aunque este año ha bajado mucho el ritmo de entrenamientos por motivos personales, siempre nos sorprende con sus fantásticos resultados (en este caso un gran 5º puesto).

Bueno, pues da comienzo la salida! La gente sale como loca, con la adrenalina a tope no hay quién nos frene! Ah…espera, sí…¡¡CHAPAPOTE!! Un barrizal de unos 50m de tierra negra nada más salir del camping que consigue frenar al grupo. Esto empieza divertido. Ojalá pudiera poneros alguna foto.

La carrera es cómoda hasta el km 3 que empieza el primer repecho, yo ya tengo calor y ya he decidido aprovechar la subida para quitarme la chaqueta.
Un poco antes, me pasa una chica que me dice ‘vamos que hoy somos pocas‘, nos sonreímos pero no la sigo, “no es mi ritmo”, pienso. Voy con Rulo, que va unos pasos por delante pendiente de mi ritmo para no alejarse.

Empezamos a subir y nos sorprende la voz alegre de Chema, nos ha alcanzado y empezamos a subir los tres. Chaqueta fuera y “trote hormiguita” que digo yo. Vamos a subir unos 50m positivos en medio km. Parece que están queriendo decirnos  ‘prepárate que ahora verás’. Una vez pasada esta primera subida, soltamos piernas durante 1km aproximadamente, hasta el primer control-avitualmiento. Chema y Raúl van hablando y siento que van más despacio de lo que yo sola iría, así que me dejo llevar y me adelanto.

Al llegar al control me sorprenden cuando escucho ‘sí sí, la 3 chica, dorsal 431’ y lo comunican por radio. Madre mía, ¿en serio? ¿Es posible que tenga alguna opción? Me haría mucha ilusión poder llegar entre las primeras en un escenario como éste!
Me animo un montón y noto como me sube el gusanillo de la competición por dentro. Aún queda mucha carrera (por no decir toda) y esto no significa nada pero… ¡Mi puntito de emoción ya lo tengo dentro!

Es el km 4,5 y empieza el tramo más largo de subida (en 4km, 500+). Voy bien y me pongo a subir poco a poco con mi ‘trote hormiguita’, mucha gente ha pasado al modo andarín, pero yo sigo a mi ritmo, sin cargar las piernas. Calculo que como a 2/3 de subida paso a la chica de antes, sigo con el mismo ritmo, sin prisa pero sin pausa.

Se pone a llover y dudo si ponerme la chaqueta otra vez. Veo que algunos delante de mí se la ponen y decido hacer lo mismo, pienso que queda mucha carrera y mejor seguir seca que querer ponérmela cuando ya me haya mojado.
Creo que tomé una buena decisión, pero no duré ni 1 min con ella, tenía calor y no me gusta correr sintiendo que me sobra ropa. Me la vuelvo a quitar, andando mientras me la abrocho, he perdido tiempo y concentración entre poner y quitar. Me da rabia y tomo la decisión de no volver a ponérmela, si llueve, me mojaré y punto, ya he corrido alguna vez diluviando (aunque no en montaña) así que asumo mi decisión y sigo sin ella.

Antes de llegar al control nos esperaba el gran repechón. Aquí no hay persona que suba corriendo, me hubiera gustado ver como suben estos tramos los primeros. Me recuerda a un cortafuegos que subí con Alber y Rulo un día que subimos a La Peñota.
En el control-avituallamiento de la ‘cima’ confirmo que voy en 2º posición porque de nuevo lo comentan entre los organizadores pero en seguida llega Begoña (así se llama mi compañera de fatigas). Creo que no se para a tomar nada, me da una palmadita en la espalda y dice ‘vamos, vas muy bien!’ y salimos juntas. Le digo que la veo muy bien, no veo que haya subido forzada. Me pregunta si voy a hacer las 3 etapas y le digo que no, asumo que ella sí, por lo que indudablemente tendrá que regularse muscularmente. En carrera va más rápido que yo y se aleja poco a poco.

La bajada es muy bonita y con tramos para mí muy duros. No sé lo técnico que puede decirse que es pero yo, que no sé lanzarme y me freno todo el rato, sufro en las rodillas y voy bajando con una voz en la cabeza que dice “ay que me caigo, ayyyy que me caigo”, jajajaja. Al final no me caí, eh…! 😉

En algún momento vuelvo a coger a Begoña (aunque no recuerdo si antes de la definitiva nos volvimos a pasar). La llevo a pocos metros durante varios km, cada vez que pasamos un pueblo o frente a animadores, la gente me anima diciendo ‘vamos que la tienes ahí!!’ mientras yo pienso cada vez, “sí, está ahí pero ella va mejor físicamente, no creo que esté dándolo todo, si la cojo apretará…».

Voy recortándole en cada subida y cada vez la tengo más cerca. Tras pasar varios pueblos en los que voy pisándole los talones, llegamos a la última subida dura, ahora sí que la tengo cerca. Sigo subiendo con mi trotecillo, no subo el ritmo aunque ciertamente me esfuerzo en no bajarlo aunque la cuesta se alargue, finalmente acabo pasándola. Le doy ánimos y sigo a mi ritmo con la sensación que en cuanto pasen los tramos de subida me pasará. No me siento competidora con ella y no me importa, si me pasa es porque «es mejor que yo» y se lo merecerá.

La última parte es muy corrible ¡espera! Explicaré lo de corrible: si dejo de lado todos los obstáculos de barrizal, piedras mojadas, arbustos, ramas… jajajaja, menudo cuadro de arañazos y moratones he traído. Menos mal que no me gano la vida enseñando pierna! 😉 Por lo demás, corrible porque no quedan grandes desniveles.
Intento ir un poco más rápido y noto un “pinchacito” en la rodilla derecha. El terreno se ha vuelto más irregular y hay que ir con cuidado al pisar, el pinchazo me da miedo porque sé con conocimiento de causa lo que puede significar.
Me obliga a bajar el ritmo, al ir más lento piso con menos fuerza lo que supone un menor impacto en la rodilla.

La verdad es que pasamos por unos parajes muy bonitos, ahora que hemos dejado las alturas, vamos por medio de bosque. Siento detrás los pasos de alguien e imagino que es ella, pero no acaba de pasarme. “Qué raro que no pase”, pienso. Cuál es mi sorpresa cuando se pone más a mi altura y resulta ser un chico. Sigo a mi ritmo, no sé bien lo que queda y el dolor en la rodilla va y viene

El chico que me seguía los pasos ha acabado por adelantarme, estamos entrando al pueblo y no me creo que Begoña aún no me haya pasado, no quiero mirar atrás, pero estando a pocos metros… ¡¡ojalá lo consiga!! ¡Ahora sí que quiero que no me pase! Intento no bajar el ritmo y cuando pasamos el chapapote de la entrada la camping y piso el asfalto de la recta de meta… No puedo creerlo, ¿en serio voy a quedar 2º??!

Pues sí, ¡lo hice! ¡¡llegué segunda!! Hubiera estado también igual de contenta siendo tercera pero el cómo se había desarrollado toda la carrera es lo que me llenaba tanto.
Nada más cruzar la meta me colgaron una preciosa y original medalla artesanal, me encanta:Medalla

Os dejo un vídeo grabado por Jorge Gil, de Trailxtrem, para que veáis el ambiente y los parajes. Me consta que tiene mucho más grabado, cualquier día nos sorprende con el largometraje 😉

Y hasta aquí mi historia feliz de mi A2T, porque por la noche en la SpeedTrail, tuve mi peor experiencia hasta ahora vivida en una carrera.

He dudado en si escribir sobre ella, porque siempre que he escrito sobre una carrera ha sido para compartir las sensaciones y felicidad que me reportan. Para recordar buenos momentos, para que otros puedan conocer lo que este mundo, este estilo de vida puede darte… pero creo que sí escribiré unas palabras sobre lo que me pasó.
Creo que tiene que servirme de “lección”, para aprender a controlar mi forma de tomarme las carreras.

Lo dicho, en breve, parte 2

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